Historia de Roma

Ulpiano

La visión desde la que se debe de estudiar a Ulpiano no es el punto de vista de su propia vida -que también-, sino que es en cierto modo la personificación de las circunstancias de su momento histórico -como otros tantos personajes de la historia-, y su lectura debe hacerse desde dos puntos de vista: desde la característica del jurista, y desde el cursus honorum de un equite, de una carrera política, en cierto modo, excepcional.

Ulpiano vive básicamente durante todo el periodo de los severos, y estuvo implicado, de una forma o de otra, en todos los reinados de esta dinastía. Su historia es sin duda la historia de este periodo, y las circunstancias de éste fueron sin duda alguna las que propiciaron su carrera, permitiendo ver como los juristas toman en este momento un papel relevante, en una administración central reformada que debía gobernar un vasto imperio, y en el que el emperador -pese a las apariencias- tiene un poder absoluto, y como tal es en última instancia la instancia superior de apelación. Con Ulpiano se entiende, así, la figura del jurista, que se convirtieron en los principales ayudantes y asesores del gobierno del príncipe.

La historiografía no ha prestado especial interés a la vida de Ulpiano mas allá que lo relativo a sus propias obras, o en conjunto con el resto de juristas, quizás porque las noticias que tenemos sobre él hace muy complicada una monografía sobre Ulpiano. Las fuentes en mucho casos son contradictorias, que plantean muchas más dudas de lo que realmente pueden resolver, quizás porque estas personifican en los emperadores -los protagonistas de las fuentes- las actuaciones políticas de quienes les rodeaban. Sin embargo, observaremos posteriormente que Ulpiano fue una figura de gran importancia, y que sobre él recayó, al menos en sus últimos años, gran parte del gobierno del Imperio.

Quizás la obra más completa sobre Ulpiano, para cuya vida tan solo dedica el primer capítulo, es la realizada por Tony Honoré, de 1982, y anterior a esta, aunque mucho más general un artículo de Grifò recogido en Aufstieg und Niedergang der romischen Welt (ANRW) de 1976. El resto de obras están más orientadas a comentar sus obras, o en su caso en conjunto con el resto de juristas del momento, en especial la comparación de Ulpiano y Paulo, al haber llevado ambos una carrera política en paralelo, así como Papiniano, todos ellos de un modo u otro relacionados.

Diversas son las fuentes que proporcionan información sobre Ulpiano para reconstruir su vida. La primera de ella, como no, es su propia obra -a partir del Digesto-, de la que hablaremos más adelante. Casio Dión le menciona en su historia al hablar del reinado de Severo Alejandro[1], aunque Herodiano guarda silencio sobre él, aunque proporciona datos para recomponer la cronología. También Aurelio Victor[2], y dos epitomes de Festo[3] y Eutropio[4] le mencionan. También en un pasaje de Zosimo[5], en Zonaras[6] y Siyncello[7]. La Historia Augusta lo pone como un importante gobernante, al tratar de Pescennio Niger, Heliogábalo y Severo Alejandro.

Sin embargo, también es mencionado en documentos oficiales. En varias constituciones imperiales: en dos rescriptos de Severo Alejandro[8], y en un papiro procedente de Egipto[9].

Además de ello, tal y como defiende Honoré, el estar al frente de la secretaria a libellis, componiendo rescriptos, mediante el estilo se intenta ver la mano de Ulpiano, y establecer los límites en que Ulpiano ocupó la secretaría.

 

Los orígenes de Ulpiano

Pero sin embargo, rellenar los huecos de su vida es difícil, sino imposible. Sus orígenes, como suele suceder, difíciles, e incluso serias dudas se tienen de su nombre completo. Según los dos rescriptos ya mencionados, se le nombra como Domitius Ulpianus, así como en otros textos. Lactancio simplemente le llama Domitio. Y una inscripción en Civitavecchia podría referirse a Ulpiano, aunque su lectura es compleja: CNDOMITIAN NIULPIANI. Si leemos Domitiani no se estaría refiriendo a Ulpiano, sin embargo se podría leer como CN DOMITI ANNI ULPIANI,  es decir Gnaeus Domitius Annius Ulpianus sería su nombre correcto si esta inscripción se estuviera refiriendo a él, hipótesis que cobraría fuerza si tenemos en cuenta que no conocemos a otro Domitius Ulpianus.

Cercana a la inscripción existe una villa, y en dicha villa se ha encontrado una estatua del poeta y filósofo cínico Meleager, quien vivió en Tyro, y el propio Ulpiano está conectado con esta ciudad, así lo deja ver en varios pasajes de su obra, quien dice que Tyro era su ciudad de origen. Por tanto la Villa sería de su propiedad, y también la inscripción. Y parece innegable, si él mismo lo dice, alegar que nació en Tyro.

Parece estar orgulloso de ello, y no es para menos. Tyro había estado, en la guerra civil que llevara a Septimio Severo al poder, de parte de éste. Con la división de Siria en dos provincias, Tyro se se convirtió en la capital se la Syria Phoenice, y más tarde Septimio la convirtió en colonia romano, con el nombre de Septimia Severa metropolis, y asentó allí a veteranos de la legio III Gallica. El propio Ulpiano menciona que la ciudad recibió el Ius Italicum[10]. Aunque durante el reinado de Heliogabalo perdió privilegios a causa de una revuelta, siendo restaurados por Severo Alejandro[11].

Otro de los puntos que podrían conectarle con Tyro es identificar con Ulpiano al presidente de la cena,  que describe el escritor Athenaeus, llamado Oulpianos en griego, del cual se nos dice era proveniente de dicha ciudad[12]. Aunque algunos autores así lo creen, la mayoría no ven indicios suficientes para creer que son la misma persona, aunque algunos lo identifican como el padre del jurista[13]. Sin embargo, se desconoce incluso que los miembros del banquete llegaran a existir, y el carácter de este Oulpianos, partidario de la cultura griega, no parece coincidir con el carácter que conocemos del jurista, y no parece que un intelectual griego estuviera al servicio del poder romano.

Por tanto, según Honoré, no parece que existan indicios para pensar que hubiera relación alguna entre el jurista y este Oulpianos, más allá de provenir ambos de Tyro[14]. Aunque no cierra del todo que pudiera tratarse de un familiar del jurista. Es probable que el jurista proviniera de una familia de académicos. Kuntel propone que ese patriotismo hacia Tyro, pero también hacia Roma, estuviera dada por una descendencia de mercaderes romanos o itálicos que se establecieron en Tyro durante varias generaciones[15]. Hipótesis que basa en el nombre de Domitius el cual es más común en las provincias occidentales que en las orientales. Y se relaciona con varias familias senatoriales del siglo I d.C ya desaparecidas. Además se conoce un gobernador en Siria con el nombre de Cneo Domitius, que tiene como legado a un tal Annius Vinicianus, segundo de los nombres de Ulpiano. Por tanto, de seguir esta hipótesis, la familia de Ulpiano se estableció en Tyro, por tanto, ya como ciudadanos romanos. Ulpiano conocía así tanto el griego como el latín[16].

 

Los comienzos de su carrera
Es seguro que comenzó su carrera en el reino de Septimio Severo, pero no tenemos ninguna evidencia sobre los comienzos de su carrera política. Se dice que comenzó como asesor de un pretor, o del prefecto del pretorio Papiniano, o estuvo en una procuratela en la Galia. Pero ninguna de estas afirmaciones se puede confirmar. Si nos planteamos que fuera asesor de un pretor, se deduce de sus propios escritos, pues él mismo menciona en varias ocasiones su experiencia en asuntos de esta magistratura[17]. De ser así, probablemente sería asesor del pretor urbano pues parece que estuvo en Roma o cerca de Roma, aunque es discutida la figura del asesor del pretor, puesto que ni la pretura estaba remunerada -pertenecía al cursus honorum tradicional-, y mucho menos un asesor de éste. Las prefecturas sí que estaban remuneradas, sin embargo desconocemos hasta qué punto los asesores de estos tenían una remuneración.

Aunque en sus obras también menciona consejos que había dado tras ser consultado por el praetor fideicommissarius y el praetor tutelaris. Parece así como que Ulpiano, pese a su juventud, tenía ya amplia autoridad en asuntos jurídicos. Y parece más probable entender que no sería un asesor del pretor de forma fija, sino en asuntos concretos en algún momento.

Dos pasajes en la Historia Augusta dicen que Ulpiano, junto a Paulo, eran asesores jurídicos de Papiniano, y en la vida de Niger se dice que ambos fueron miembros de su consilium[18], aunque no se puede dar por cierto esto[19]. Aunque en la vida de Alejandro se dice que ambos habían sido también asesores de Papiniano[20]. Papiniano había sido secretario a libellis, y tras ello prefecto del pretorio y por ello se afirma que fue también su asesor, aunque la conexión con Papiniano tampoco es clara. Parece que sí que pudo ser asistente de este cuando éste estaba en la secretaria a libellis, pues dos rescriptos  que se conservan, en el momento en que Papiniano aún ocupa esta secretaría, parecen que ya tienen su estilo.

 

Secretario a libellis
Muy probablemente fue asistente de Papiniano cuando este era secretario de la oficina a libellis (lo había sido del 194 al 202), al cual sustituyó en el 202, pues parece que un rescripto del 25 de marzo de ese año tiene ya el estilo de Ulpiano[21]. Era tradicional que quien sustituyera a un secretario fuera alguien que se había formado bajo éste, y que ya tuviera experiencia en la oficina. Por tanto Ulpiano habría pasado varios años como asistente en esta secretaria antes de dirigirla, y él mismo sería sustituido por alguno de sus asistentes, pues se ha observado que a partir del 15 de julio del 2009, hasta el 28 de diciembre del 211 hay un estilo parecido al de Ulpiano. Y de nuevo, ya bajo el reinado de Severo Alejandro, se vuelve a encontrar un estilo como el de Ulpiano en dos secretarios[22], lo que demuestra el dominio que Ulpiano adquirió para poner a gente de su confianza en las oficinas imperiales.

Su nombramiento es dado en el momento en que Septimio Severo regresa a Roma. Como tal, y como miembro también del consilium, debió de acompañar a Severo y Caracalla a África en el 203 a 204, volviendo en el 205 a Roma tras la muerte de Platianus. Estaría en este puesto durante 7 años -un largo tiempo si observamos que prefectos y magistrados normalmente no llegaban a estar un año-, encontrándose el último rescripto  con su estilo el 28 de diciembre del 211, cuando ya hacía varios meses que Septimio Severo había muerto en Britania -a donde quizás Ulpiano le había acompañado en el 208[23]-, quedando en los primeros meses del reinado de Caracalla la oficina en sus manos. Tras su destitución, no parece que recibiera otra oficina, aunque tampoco es descabellado pensar esto.
Cabría aquí mencionar los rasgos del estilo de Ulpiano, a partir de los rescriptos del Digesto. El estudio realizado por Honoré[24] se base en buscar las conjunciones y otras frases introductoras, frases expositoras, frases de actitud, frases de futuro, inversión del orden normal de las palabras, verbos más utilizados, nombres y frases nominales, adjetivos, adjetivos comparativos, adverbios y frades adverbiales. A partir de estos análisis se puede rastrear cuando los rasgos más característicos que son utilizados desaparecen, lo que indican una nueva mano.

 

Como secretario estaría cercano al emperador, y asesoraría a este en el consilium principi. Por tanto una gran influencia en el gobierno imperial, para entrar en el círculo de amistad de la familia imperial. Además una gran experiencia, y el acceso a una amplia documentación que le permitiría posteriormente tener una amplia información para escribir sus obras.

 

La composición de su obra
Parece que durante el reinado de Caracalla se retiró de la vida pública, de hecho es en este tiempo cuando compondrá la mayor parte de su obra. Muchos han visto que esta posición de Ulpiano se debería a que éste no aceptaba la tiranía de Caracalla. Sin embargo sus escritos parece que van encaminados a defender la nueva administración de Caracalla, especialmente la concesión de la ciudadanía a todo el imperio. Pero la relación con Caracalla tampoco la sabemos a ciencia cierta, aunque durante el breve periodo del reinado de Macrino parece mostrar mayor preferencia por Septimio Severo que por Caracalla.

 Desconocemos cual es su posición en la muerte del hermano de Caracalla, Geta. O se mantuvo neutral, algo que parece difícil, o apoyó directamente a Caracalla, para lo que parece que si se encuentra algún indicio para pensar esto[25].

En este tiempo parece que entró dentro del circulo intelectual de Julia Domna[26], aunque desconocemos cual fue la relación que tuvieron, así como qué tendencias filosóficas mantendría Ulpiano. Frezza[27] consideraba que era neoplatónico más bien que estoico, pero no se le puede atribuir un sistema filosófico, sino una serie de valores. Ulpiano era ante todo un jurista, y por tanto es mucho más fácil conocer su pensamiento en esta materia. Era partidario de adaptar la ley a las exigencias de la sociedad y el gobierno. Se aparta por tanto del purismo legal[28].

Las obras que realizo Ulpiano no se han conservado, pero fueron utilizadas por los compiladores de Justiniano para realizar el Digesto, a partir del cual se ha podido conocer gran parte de su producción. Desde luego fue de gran interés, si ya en su momento fue utilizada por estos recopiladores, pues Ulpiano tuvo acceso a los archivos imperiales, y el mismo redacto muchas de estas constituciones, que en el momento en que fueron recopilados, en época bizantina, ya habrían sido destruidos. Junto  a los juristas de su época que son mencionados en el Digesto, desde luego es Ulpiano el más mencionado, en un porcentaje del 41,56%  entre 14 juristas[29].

Haciendo una enumeración de sus obras: ad edictum praetoris urbani (81 libros), ad Masurium Sabinum (51), De officio proconsulis (10 libros), Disputationis (10 libros), De omnibus tribunalibus (10),  Ad legem Iuliam et Papiam (20 libros), De fideicommissis (6), De appellationibus (4), Ad legem Iuliam de adulteriis (5), De officio consulis (3), Ad edictum aedilium curulium (2), institutiones (2), Ad legem Aeliam Sentiam (4), De officio curatoris reipublicae (1), De officio praetoris tutelaris (1), De excusationibus (1), De officio praefecti urbi (1), De officio quaestoris (1 o 2), De censibus (6), De officio praefecti vigilum (1), De officio consularium (1), De sponsalibus (1).Entre todas ellas podemos destacar sus comentarios sobre el edicto del pretor (ad edictum praetoris urbani) y el derecho civil (ad Masurium Sabinum), en 81 libros y 51 respectivamente. Ambas de gran magnitud en su extensión, que tuvieron mucha más importancia que las realizadas por  Paulo. También escribió importantes obras «sobre los deberes del Gobernador Provincial», además de monografías y manuales para los estudiantes de estudios avanzados. A partir de estos escritos, su fama se extendió a lo largo y ancho del Imperio, y desde luego debieron de convertirse en los libros de cabecera de cualquier abogado del momento. Su claridad y franca confianza en sí mismo lo convierten en un atractivo escritor, inspirado por las tendencias cosmopolitas, una búsqueda de consenso y un respeto por los derechos privados. Su obra, a la vez completa y documentada de cerca, le hicieron, y parece  demostrado, ser el más influyente de los abogados romanos.

Sin embargo no todas las obras que el digesto atribuye a Ulpiano serían de éste, sino por autores que podrían tener su mismo nombre. No parece que sean suyos: regularum libri, regularum liber, opinionum libri, pandectarum liber, responsarum libri, según ha demostrado Honoré[30], principal estudioso de su estilo de escritura.

 

¿Prefecto del pretorio?
Tras la muerte de Macrino parece ser que su producción literaria finaliza también, o será mucho menor. Bajo el reinado de Heliogábalo tan solo tenemos los datos que proporciona la Historia Augusta. No parece que escribiera en esos años, pero dada su personalidad tampoco parece que estuviera sin hacer nada. Parece que tutelo al futuro emperador, Alejandro Severo. Aunque algunos autores han considerado que puedo ocupar algún puesto menor en el comienzo del reinado del Heliogabalo, no se tiene evidencia de ello, pero desde luego algún tipo de actividad tuvo que tener cuando tuvo que exiliarse de Roma[31].

Se ha propuesto que en el año antes de la muerte de Heliogabalo, éste fuera prefecto de la anona, cargo que continuaría en los primeros momentos de ascensión al cargo se Alejandro[32]. Pero no parece posible, si ocupó algún puesto bajo el reinado del Heliogabalo sería al comienzo de éste, pero no al final. Además parece que cayó en desgracia ante el emperador, cuando decidió exiliarse.

Ulpiano no volvió a Roma hasta que asciende Alejandro al trono, tras la muerte de Heliogabalo, el 13 de marzo del 222. Y seguramente estuvo en el complot que acabó con la vida de Heliogábalo, para establecer a Alejandro en el trono. Éste se refiere a él, en un rescripto, como prefecto de la anona, jurista y amigo suyo -«secundum responsum Domitii Ulpiani praefecti annonae iuris consulti amici mei«-[33]. Es decir que fue prefecto de la anona, y seguidamente fue nombrado prefecto del pretorio. Aunque este último cargo es más que discutible, o al menos en el modo en que lo ocupó.

Esta relación que parece que mantuvo con el emperador fue sin duda la clave de lo empinada de su carrera a partir de ahora. Hasta este momento básicamente había sido un jurisconsulto, un asesor judicial, que había ocupado tan solo una secretaria en la cancillería, y como mucho habría ocupado alguna prefectura en el comienzo del reinado del Heliogábalo. Pero con Alejandro, sin duda alguna, va a ocupar un cargo reservado a equites y senadores, la prefectura del pretorio, al cual llega sin haber seguido el cursus honorum por el que tradicionalmente se llegaba a ocupar esta prefectura, normalmente tras haber ocupado la prefectura de Egipto.

Parece que Julia Mamea, la madre del joven emperador, y su abuela, Julia Mesa, tuvieron mucho que ver en que llegara a la prefectura del pretorio[34], aunque esta postura no es del todo clara, pues parece que en la Historia Antigua se la encuentra, a la madre del emperador, en principio reacia a Ulpiano[35], hecho que parece extraño, ya que pese a que había otros candidatos que tenían mucha más experiencia militar, parece que ésta prefería una especie de regente de su hijo. Se podría presuponer que hasta su muerte él fue la cabeza que dio la orientación y dirección necesaria para el funcionamiento del Imperio, bajo un emperador que comenzó con una edad de 14 años. Alejandro le nombró así prefecto del pretorio y de otros asuntos[36]. Dos de las tres fuentes que nos hablan de este periodo – la vida de Alejandro y Casio Dión-, indican que el peso del gobierno estuvo en manos de Ulpiano.

La  política de humanidad, sabiduría, justicia y certidumbre que se le atribuye a Severo Alejandro fue sin duda comenzada por Ulpiano, en una política en la que se hizo creer, mediante la propaganda, que el poder senatorial había sido restaurado. Y muy probablemente ese apoyo del poder civil, por medio del consilium principi, fue la que le llevaría a la muerte de Ulpiano.

Sin embargo las fuentes no son del todo claras en este aspecto. A partir de Dión se podría entender que en un primer momento  Ulpiano sería algo así como un superprefecto por encima de otros dos prefectos, Favianus y Chrestus. Pero Ulpiano, junto con Mamea debieron descubrir algún tipo de complot de estos, los cuales acabaron por ser asesinados. A partir de entonces Ulpiano se convertiría en un prefecto único, en diciembre del 222 a la primavera del 223, momento en que tuvo nuevos colegas[37].

Sin embargo en el álbum de Canusium, datado en octubre del 223 no menciona a Ulpiano, lo que hace supone, que Ulpiano no era todavía prefecto del pretorio, o en su caso cuando fue elaborada esta lista Ulpiano ya había muerto.

De hecho, el clima entre los soldados debía ser bastante tenso, especialmente después de la muerte de Favianus y Chrestus, y la conspiración para acabar con la vida de Ulpiano estuvo a la orden del día, ya que habría intentando acabar con el poder que estos habían tomado en el reinado anterior, así como corregir las irregularidades producidas durante el periodo de Heliogábalo.

Sin embargo la fecha de su muerte no está tampoco clara. Sabemos que fue asesinado por los pretorianos[38], pero no cuándo. Se ha venido suponiendo que su muerte se había producido en el 228, a partir de la obra de Dion[39]. Este nos dice que él mismo había sido gobernador en Panonia, y que los pretorianos se habían quejado a Ulpiano por la disciplina con la que Dion trataba a sus tropas, mientras en otros lugares del Imperio las tropas habían caído en el libertinaje y la falta de disciplina. En Mesopotamia las tropas llegaron incluso a matar a su general, Flavio Heracleo.

Si los soldados pretorianos, efectivamente, se quejan ante Ulpiano parece que este estuviera vivo en el  227 o 228, porque, como Fergus Millar dice, Dión era gobernador de Panonia al menos desde el 226[40].

Ahora bien, el cabecilla de la conspiración fue un tal Epagathus, que según dice Dión fue enviado como prefecto de Egipto con el fin de apartarle de sus seguidores en Roma, y que posteriormente fue llevado a Creta donde se le ejecutó[41]. Sin embargo un papiro[42], descubierto en 1966, demuestra que este personaje era prefecto de Egipto  entre mayo y junio del 224, y que después de esta fecha la prefectura estaba ya en otras manos. Su sustitución deja ver que fue por alguna circunstancia especial. Por tanto ello obliga  a adelantar la muerte de Ulpiano al 224 como muy tarde.

Lo más probable es que Ulpiano muriera en el verano del 223[43], la fecha más tardía para que Epagathus fuera nombrado prefecto de Egipto, llegara a Egipto y se organizara un nuevo complot para acabar posteriormente con su vida. Pero entonces, tenemos el problema de que Dión no sería fiable, para lo que se ha venido a argumentar que muy posiblemente los acontecimientos que narra Dión están desordenados, no por él, sino por los copistas posteriores, según afirma el propio Millar. De hecho, gran parte de la obra de Dión no se nos ha transmitido en su versión original, sino que es un compendio de un monje bizantino llamado Lonnes Xifilino.

Su muerte debió suponer un momento de inflexión en el reinado de Alejandro Severo, y supondría un punto de inflexión en la política imperial iniciada en el primer año de reinado. Alejandro perdió un importante apoyo, e hizo que de nuevo los pretorianos tomaran protagonismo tras el intento de Ulpiano por reducirlo. Pero también hay que tener en cuenta otra circunstancia, y es que aquella regencia que se le suponía a Ulpiano fue mucho más breve, la cual no llegaría a superar el año. En este aspecto debemos plantearnos que aunque fuera el promotor de la política que seguirá en los años siguiente el emperador, desde luego no fue su mano la que la llevaría.

 

Su legado posterior

Ulpiano es, así, la personificación de la importancia que toman, durante la dinastía de los severos, los juristas. El derecho se convierte desde luego en algo de gran importancia para el buen gobierno, e incluso a los abogados se les conocerá como «sacerdotes de la justicia» dedicados a «la verdadera filosofía».

No es de extrañar, por tanto, que el legado que dejo Ulpiano fuera de gran importancia en los siglos posteriores. Sus escritos fueron, sin duda, los manuales principales de las escuelas de leyes del siglo III  y IV. Pero en muchos casos fue sistematizada o resumida, lo que contribuyó también a que los escritos originales fueran desapareciendo. Su estilo fue copiado por los juristas posteriores, como por ejemplo  Tituli ex Corpore Ulpiani. Esto se debería principalmente a que su estilo era mucho más sencillo que el de otros juristas. Además la forma en que Ulpiano presentaba las leyes, para que pudieran ser adaptadas a diferentes necesidades y circunstancias, hará que fuera de gran utilidad en los siglos posteriores.

Aunque en el 321 Constantino prohibió que se usaran fragmentos de Ulpiano recogidos en otras obras, para hacer alegaciones en los juicios, pues consideraba que el pensamiento real de Ulpiano quedaba descontextualizado en estos. Aunque un siglo después, Valentiniano III realizó una Ley de citaciones, en el 426, en donde se  levantó la prohibición. Ulpiano se convirtió, de este modo, en uno de los cinco juristas que podían ser citados en juicios. Pese a ello,  se decretó que en caso de que hubiera contradicciones entre los juristas siempre predominará la opinión de Papiniano.

 

Recapitulación

Recapitulando brevemente, parece que Ulpiano nació antes del 172 en Tyro, en una familia de académicos que muy probablemente tenían desde el principio la ciudadanía romana.  Del inicio de su carrera desconocemos absolutamente todo, y nos lo encontramos conectado a la familia imperial y a Papiniano, del que seguramente sería asistente cuando éste era secretario a libellis. Secretaría que posteriormente él ocuparía del 202 al 209. Con Caracalla desconocemos si ocupo otra secretaria, pero muy probablemente se apartara de la vida política y se dedicó a escribir, pues que  es en este periodo cuando se datan todas sus obras. Con Heliogábalo quizás ocupó al principio alguna prefectura menor, y se convirtió en tutor de Alejandro Severo, el futuro emperador. Con Severo Alejandro, ya en el trono en el 202,  se convirtió en praefecto annonae. Se desconoce si llegó a ocupar la prefectura del pretorio, y quizás ocupara un puesto extraordinario con el fin de vigilar a los dos prefectos del pretorio, y más tarde el mismo ocuparía ésta él solo, para posteriormente volver a esta figura de una especie de superprefecto. En el 223, fue asesinado por los propios pretorianos. Pero sin duda, parece que Ulpiano fue el iniciador de la política que caracterizará el reinado de Severo Alejandro.

 

 

NOTAS

[1] Dio 80.2.2 -4,80.3.2
[2] De Caesaribus 24
[3] Breviarium rerum gestarum populi Romani 22
[4] Breviarium ab urbe condita 8.23
[5] Historia Nova I. II.2
[6] Annales 12.15
[7] Chronographia I.673
[8] CJ 8.37.4, y CJ 4.65.4. I
[9] P. OXY. 2565
[10] D. 50. 15. I pr. (Ulp. I cens)
[11] HONORÉ (1982), p. 11-12, que cita a ZIEGLER (1978), p 493.
[12] Athenaeus I. Id
[13] DITTENBERGER (1903) I, 19; CRIFÒ (1976) p. 721
[14] HONORÉ (1982), p. 14-15
[15] KUNTEL (1967), p. 248
[16] HONORÉ (1982), p. 15
[17] D. 4.2.9.3
[18] H.A Niger 7.3-4
[19] HONORÉ (1982) p. 19
[20] H.A Alexander 26.5
[21] C.J. 2.3.3
[22] Del 19 de febrero del 222 al 27 de octubre del 223, y de esta fecha al 27 de octubre del 223
[23] HONORÉ (1982) p. 45
[24] HONORÉ (1982) p. 47-85
[25] HONORÉ (1982) p. 26
[26] CRIFÒ (1976) P. 734
[27] FREZZA (1968) p. 363
[28] D. 34.2.19.8
[29] Cifra dada según HONORÉ (1982) p. 236. El resto de juristas son: Labeo, Lavoleno, Iuliano, Pomponio, Gayo, Africano, Scaevola, Callistrato, Papiniano, Paulo, Tryphonino, Marciano, Modestino.
[30] HONORÉ, T. (1982), p. 106-128
[31] H.A Heliogábalo 16.1-4
[32] Victor, Caes. 24
[33] Cj 8.37.4
[34] Zósimo I, II, 2
[35] H.A Alejandro 51.4
[36] Dio, 80. I. I
[37] MODRZEJEWSKI y ZAWADSKI (1967), p. 565
[38] Dio 80.2.2
[39] Dio, 80.4.2
[40] MILLAR, F. (1964), p. 23
[41] Dio, 80.2.3
[42] BARNS, W.W.,The Oxyrhynchus Papyri (London 1966) 31.102-104.
[43] MODREZEJWSK, J. and ZAWADZKI, Z. (1967)

 

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